Tras recuperarse de una grave dolencia, el delantero del Barakaldo ha sufrido tres nuevas lesiones que le impiden asentarse en el equipo.
EL CORREO – SILVIA OSORIO.
La temporada del delantero del Barakaldo Jon Etxaniz no está siendo fácil. El joven ariete vizcaíno, de 21 años y que recaló en el club gualdinegro el pasado verano en calidad de cedido por el Athletic, no se libra de las lesiones. Tras superar una grave dolencia en el cartílago de su rodilla derecha que le mantuvo el pasado curso en el dique seco durante 15 meses, el futbolista de Elorrio pudo atajar sus problemas y arrancar el campeonato como mejor sabe hacer: marcando goles y postulándose como uno de los máximos artilleros del equipo. Después de enlazar varios encuentros con fortuna de cara a puerta, el punta fabril ha sufrido ya hasta tres lesiones musculares que le impiden progresar y asentarse en el equipo. Un calvario.
Hace dos semanas, cuando parecía que podía tener continuidad en el once de Zurimendi, tuvo que abandonar el terreno de juego en el encuentro disputado en Fuenlabrada. «Al principio, te quedas fastidiado porque revives cosas del pasado, pero, por fortuna, no son lesiones tan serias como la del año pasado y sólo hay ganas de recuperarse», señaló ayer el delantero baracaldés. Precisamente, Etxaniz anotó el tanto que dio el empate al cuadro de Lasesarre, pero en vista de que el meta local podía ganarle la partida, el esfuerzo en la carrera fue tremendo y volvió a romperse. El resultado, una rotura fibrilar en los isquiotibiales con afectación miotendinosa y otras seis semanas de baja.
Pese a los continuos contratiempos, el jugador gualdinegro prefiere no atormentarse con los infortunios y sólo tiene en mente regresar al verde. «No queda otra que tirar hacia delante y pensar que todo va a salir bien. Bajando la cabeza no se consigue nada», asegura. Esta dolencia y las dos anteriores que ha sufrido en esta campaña, las tres musculares, no tienen que ver con la grave lesión de hace un año. Sin embargo, mantenerse fuera de la competición durante tanto tiempo pasa factura. «Fueron 16 partidos sin jugar en más de un año, y eso repercute en el cuerpo», explica.
Apoyo del equipo
Etxaniz lleva ya diez días de reposo combinado con masajes, hielo y ración de ultrasonidos, la primera indicación que le han recomendado los médicos. Ayer, el punta fabril empezó a correr y poco a poco, trabajará para poner a punto su tono físico, tocar balón e incorporarse a la dinámica de grupo. En este tiempo, no le han faltado los ánimos de sus compañeros. «Puedes no tener oportunidades, pero los futbolistas sabemos que no jugar por estar lesionado es lo peor que te puede pasar. Por eso, están ahí apoyando», afirma.
El delantero ve con optimismo el horizonte que se le plantea al Barakaldo. Pese a estar inmerso en un bache de resultados -ya son cuatro encuentros sin ganar-, asegura que el conjunto fabril está compitiendo a buen nivel y creando ocasiones. Por tanto, no existe preocupación alguna por verse fuera de los puestos de promoción y la calma reina en el seno gualdinegro.