El club fabril celebra el domingo la tercera edición del Día del Txiki con la necesidad de volver a ganar.
04.02.14 – EL CORREO – SILVIA OSORIO.
El próximo domingo (11.30 h.), Lasesarre volverá a ser una fiesta en negro y amarillo con los más pequeños como protagonistas. El Barakaldo ha convocado a sus seguidores más jóvenes para acudir al III Día del Txiki, que tendrá lugar en el encuentro ante el Tudelano. Desde que el Alberto Romero asumió la presidencia la directiva ha trabajado a destajo por encender la llama en las nuevas generaciones y tratar de garantizar la supervivencia del sentimiento gualdinegro.
Pese a que esta temporada los baracaldeses no han cuajado sus mejores actuaciones como locales, la mecha está bien prendida, pues los críos acuden con frecuencia al estadio para insuflar ánimos a sus jugadores. Pero hace falta más y esta cita, en palabras de Iñaki Zurimendi, es «una oportunidad que hay que aprovechar». «Se ve más afluencia que otros años. Ganar es importante para nosotros, pero también para que la gente más joven se enganche. Que se marchen contentos y quieran volver», señaló ayer el mister.
Como en temporadas anteriores, la entidad trabajará para que las gradas se llenen de colorido y de savia nueva. Para ello, volverá a regalar cerca de 5.000 invitaciones en los colegios y organizará actividades en los prolegómenos y en el descanso del partido para que las criaturas disfruten de lo lindo. A falta de cerrar el programa, ya está confirmada la presencia de Mc Donald’s, que a las 10.30 horas montará un stand de maquillaje en la puerta 0 y repartirá globos y zumos naturales.
El apoyo de los ‘peques’ será fundamental para que los baracaldeses recuperen sensaciones y no bajen la guardia ante la competencia que tienen por delante para asegurar el play off. La escuadra fabril regresó de Leganés -rival directo- con la derrota más abultada de la temporada. El Barakaldo se dejó manejar por los locales, que optaron por encerrarse y dar la sorpresa al contragolpe, de donde llegaron los tres tantos. La defensa madrileña fue tan férrea que los fabriles apenas crearon peligro en ataque. «No sólo no hicimos daño, sino que no tuvimos ninguna situación de gol por primera vez en la temporada. Su estructura defensiva nos neutralizó totalmente», explicó Zurimendi.
Los vizcaínos no lograron contener en sus salidas a su rival, una labor en la que en las últimas tres campañas había resultado determinante Jon Ander Garrido, traspasado al Granada. Esta vez, el mister tiró en esa demarcación de veteranos como Izurza a la espera de que el recién llegado Quintanilla se adapte a su nueva plantilla y adquiera mayor ritmo de entrenamiento. «No digo que se notara su falta, pero el equipo estaba acostumbrado a él. Los equilibrios se generan entre todos. Ahora, tenemos que volver a ajustarnos y todo lleva su tiempo», afirmó.
Demasiados cambios
Otra de las ausencias destacables fue la de Arriaga, que causó baja por una rotura miofasial en el isquiotibial. Esta dolencia le apartará de los terrenos de juegos durante, al menos, una semana, en un momento en el que después de la lesión de Etxaniz había resultado clave para el juego ofensivo. Las continuas salidas y entradas de jugadores en la línea delantera a consecuencia de las lesiones está afectando a los resultados. «Veo excesivas modificaciones a estas alturas de temporada. El año pasado sólo tuvimos que hacer dos ajustes, pero esta vez, está costando mucho», manifestó Zurimendi.